|

Vivir a través de heridas del pasado

Desgraciadamente no son pocas las personas que han pasado por cualquier tipo de experiencia dolorosa y desagradable en su pasado. Hay una parte de estas personas que viven atribuyendo a otros las mismas características de la persona culpable de esas experiencias pasadas. Hay otra parte que se culpa a sí mismos y se convierten en los que hacen daño, pensando que así podrán dejar de ser los que lo reciben.

Asistimos así a una forma de relacionarse con los demás que literalmente apesta.

Empezamos a comprender los puntos de vista que sostienen las personas enclavadas y afines a cierta corriente de «enseñanza sobre relaciones». Nos damos cuenta de que por lo general son personas que solamente piensan en poder cambiar las tornas.

En «no dejarse dominar y ser ellos los que dominan». Todo esto expresado de miles de maneras. Creo que tienen como tropecientos nombres para cada subtipo de «hombre no dominante» que se les ocurre. Y unos pocos para los que según ellos sí son dominantes.

O ir a cursos, comprar libros, dvd’s y toda clase de chorradas innecesarias…

Más de uno de estos tipos no tiene tapujos en decirte que si no piensas como ellos eres un inmaduro, o bien te falta experiencia en la vida, o realmente no te han hecho daño. Otros optan directamente por insultarte si no vives en el gimnasio intentando parecerte a los de Jersey Shore, o a cualquier tipo de chulapo de los que están tan de moda ahora entre las personas poco desarrolladas en el interior.

Y ojo, que yo conozco a gente que aunque le da mucho al gimnasio para ponerse «tochos», no descuidan para nada su mundo interior. Pero no todos son así, y no se puede esperar lo mismo de todos, me temo.

¿Dónde están las heridas de esta gente? En su ego

Precisamente, si hablamos del ego no nos vamos a desviar para nada.

Por supuesto, no nos vamos a extrañar si todos estos intentos por parecer dominantes físicamente y por imponerse a los pensamientos, las decisiones e intenciones del resto, y todas esas cosas… Son tan evidentes como para que la gente los exilie.

Por lo general esta gente sí consigue tener cierto tipo de relaciones. Esporádicas, de una sola noche o más bien de pocas citas. Tienden a rehuir lo que huele a compromiso o a que les puedan «joder otra vez». Y más aún en un ambiente donde te hablan de coger gusto por una misma persona como si fuera una enfermedad infecciosa, y tú un gilipollas por permitirte «enfermar de ella».

Si quieres saber más sobre este tipo de personas y formas de relacionarse… Visita esta serie de enlaces:

¿Qué consiguen con esta forma de relacionarse? Dañar innecesariamente

Está claro que esto no es algo que te vayan a decir a la cara, pero si tú actúas tan despreocupadamente y pisoteas a cualquier persona, sus principios y sus creencias, su forma de relacionarse; y todo por querer meterle la pichilla varias veces y después largarte… Estás haciendo daño, probablemente de la misma forma que te lo hicieron. Permitidme que me expanda en esto.

Ha habido demasiadas personas (más de las que debería en un espacio relativamente corto de tiempo) que me han dicho que se ha jugado con sus ilusiones, esperanzas, sueños de futuro, gestos de buena voluntad, amabilidad… Que se han aprovechado de ellos, vaya.

Que «se confiaron demasiado» y toparon con una persona que «supo sacar provecho de ellos» y lo hizo sin implicarse tanto, al parecer, como ellos lo hicieron.

Es entonces cuando aparecen cosas como esta:

  • La mujer española, de soistodasunasputas.com  (un antiguo enlace que ya no existe, y que no dejaba a nadie en muy buen lugar).

Eso cuando lo que aparece no son los métodos que me habéis visto calificar de misóginos, cosificadores, favorecedores del antagonismo sexual, despreciativos entre el propio sexo por no pensar del mismo modo… Etcétera.

Por cambiar de tercio, pues no me quiero desviar hacia los amigos destructores de relaciones sanas… Decía una amiga mía vía Facebook el otro día:

«Sabes Sergio, lo que me encontré al separarme fue gente que no quería sentir, todo eran bailes de máscaras y polvos… Hay mucho dolor acumulado y sólo alguien consciente de eso, capaz de separar su historia de la del otro, podrá ayudarlo.»

Ante la perspectiva de personas que reaccionan al dolor del pasado haciendo daño en el presente de vuelta, además añade:

«Muy bonito eso de que como me joden, jodo… Dile que se busque un buen coach y le ofreces tus servicios. (risas)»

Otro comentario en esa misma reflexión (visible en mi perfil público del Facebook) añade lo siguiente a colación:

Es fácil estar de acuerdo con eso. No sirve de nada convertirte tú en lo que te hizo daño. Es ponerse a la altura de los que lo hicieron y además, hacer pagar a inocentes.

En fin… No tiene mucho caso alargar el escrito sin necesidad. Resulta, queridos, que todo esto se puede resolver con un único pensamiento. El universo en el que vives, ¿es amistoso u hostil? Tal cual lo pienses, será como lo vivas.

Y si estoy viviendo a través de heridas del pasado, ¿cómo puedo dejar de hacerlo?

Sí que se puede, aunque pienses que no de buen principio. Es algo costoso pero… Se puede. He visto a suficientes personas hacerlo como para negarlo. De hecho, creo que he pillado cómo lo consiguen.

Y con tu permiso, te lo expongo en una serie de pasos para simplificar la idea:

  1. Deja de pensar en aquellos sucesos del pasado y «resucitarlos». Ya pasaron, y el único/la única que los hace volver eres tú. Nadie más intenta volver a hacerte lo mismo, aunque veas cosas que «se parecen».
  2. Procura tomar conciencia de tu estado emocional e interno, y trata de sanarte antes de relacionarte con otros. De otra forma, puede que todo lo que consigas sea actuar demasiado duramente y producir asperezas en el trato con los demás… Cuando no que tomen un concepto equivocado sobre cómo eres.
  3. Rodéate de personas en las que confíes. Aunque temas que tu confianza pueda equivocarse, es tan sencillo como dar o quitar esa confianza en base a lo que las personas hagan en tu vida y te demuestren con sus acciones.
  4. Acoge a los que vengan, no persigas a los que se vayan. Este consejo es quizás el más complicado que puedo darte. Pero pronto puedes comprenderlo si te permites llegar a la conclusión de que las relaciones tienen altibajos e incluso fecha de caducidad. Por otro lado…
  5. Quien se va sin ser echado regresa sin ser llamado. Así que si alguien te importa tanto como para no ser capaz de dejarlo marchar… Simplemente hazlo. Si tiene que volver volverá, y más si las sensaciones entre vosotros siempre fueron buenas. Tal vez no vuelva porque tenga que hacer una vida sin ti, pero es igual.

Yo diría que de momento con esto basta… No hace falta complicarse más. Cortaré aquí para que cada uno pueda idear su forma y emprender acciones por su cuenta, sin tener que recurrir a consejo.

Muchas gracias por vuestra atención, y mucha suerte con esta gesta. Esto también pasará.

Abrazos,

Kheldar

Publicaciones Similares

7 comentarios

  1. Aunque llevo tiempo siguiendo tu artículos tanto aquí como en facebook es la primera vez que escribo algo… precisamente hoy, que es cuando acabo de ver cómo una herida reciente que tenía se ha vuelto a abrir, quizá escociendo más. Y al ver el título de tu artículo y lo que dices después me ha llegado, y he querido aportar mi grano de arena. Precisamente porque en algún momento hace meses (cuando surgió esta herida) se me pasó por la cabeza el convertirme en otra persona (tal vez tentado por el éxito aparente de ese otro camino), idea que afortundamente deseché pronto. Hoy, tras abrirse la herida de nuevo, sigo creyendo que el camino correcto para sanarla es aprender cómo me hice esa herida para evitar hacérmela de nuevo. Preocuparme de mí y marcarme un camino que me llene, acogiendo con los brazos abiertos a quienes lo acepten y tratando de no atarme a quienes no vayan por donde voy yo, porque las cuerdas acaban haciendo heridas.
    Gracias por tus artículos, creo que en más de una ocasión me han ayudado para seguir el camino que sigo, aunque no sea fácil cuando la herida sangra aún.

    1. Saludos Cesar, y bienvenido a estas páginas.

      Como sabe toda persona que ha sido herida… Algunas te hacen cojear, otras perder el paso. Otras cansarte antes, otras te impiden moverte de ciertas maneras o ante ciertas circunstancias. Todo el mundo porta alguna herida, alguna cicatriz… Es decir, alguna historia. No todas las heridas y cicatrices están en el cuerpo, y las de fuera son las que menos duelen. Algunos tenemos heridas por dentro y por fuera, y una historia detrás de cada una.

      La cuestión no está precisamente, al menos para mí, en evitar hacerse heridas. No siempre se puede evitar, puedes prevenirlo pero casi cualquier tontería puede hacerte una sin que te des ni cuenta. Lo importante es poder identificar la causa por la que está, y lo que te provoca… Para poder conocer tu herida. Y empezar a tratar con ella, abordarla, tantearla… Solucionarlo, en definitiva. A veces, tratando de no resultar heridos nos privamos de la vida que deseamos o de la vida que deberíamos llevar. Y no creo que nadie quiera precisamente eso, pero no lo diré muy alto, por si acaso sí hay quien lo quiera.

      Me honran tus agradecimientos, y espero contar con tus visitas mucho tiempo más. Abrazos!

      1. Gracias por la respuesta… llevas razón y quizá me expresé mal, efectivamente me quedan heridas por hacerme porque como dice el refrán «el que quiera peces que se moje el culo». Y cuando uno se mete al agua puede tropezar, caerse y empaparse. Eso no quita para intentar caer de la mejor forma posible, tener una toalla o tener a alguien que te ayude a salir, pero sabiendo que volverás a por peces 🙂

  2. De gloria cubría yo a quien escribió esto (si es que no lo he hecho ya en el pasado o lo sigo haciendo a día de hoy). Antes de leer este articulo me fui a la ventana a ver que me decía la ultima luna de Agosto, la Super Luna. Hoy fue un día lleno de emociones latentes y conexiones, con mi centro, en parte, gracias a mi y algunos demás y algunos andan cerca.

    Cuando alguien aprende a amarse a uno mismo antes que a nadie (y siempre por ese orden), el ego deja de existir y en consecuencia el daño y el tal vez malinterpretar historias o meternos en líos sin pensar que cada uno entiende, a veces, el amor y el mundo de modo diferente a como nosotros mismos lo entendemos. También somos responsables de nuestras elecciones, selecciones.

    A veces las cosas no son como nosotros las interpretamos, son mucho mejores.

    La sensación de Paz y equilibrio que ya trae consigo este articulo no deja sitio a más que yo pueda aportar, sumar, aunque lo intentaré. Suele gustarme dejar un paralelismo de una historia o la mía misma, para hacer el intento de desarrollar mejor lo que intento transmitir.
    Decir que sigo amando a todos mis ex y que por desconocimiento y problemas de autoestima creí que el último era uno de esos de los de final «me hizo daño», «me utilizó», «se aprovechó de mi», «yo aporte mas que el», no os podéis imaginar lo equivocada que estaba, de hecho hasta que descubrí la verdad de la historia pasaron unos años en los que me creí mis propias invenciones. ¿Y si os pasa a vosotros lo mismo? La historia tuvo un final feliz, ya amo a todos mis ex, la historia con el último la cuento aquí http://aportamor.com/2015/06/10/tocar-fondo ojalá sirviera de punto de reflexión, tal vez para cambiar la perspectiva. E , aunque cada quien tiene su propia llave.

    Gracias Sergio

    1. Hay quien sabe y hay quien aprende. Hay quien se quiere y se acepta, y hay quien tiene que empezar por aceptarse para quererse. Hay quien ve amargura y hay quien ve que amar cura.

      Luego están los que miden cada miaja que dan a otros, y los que dicen que todo lo que no se da se pierde. Tú sabes eso. Gracias a ti.

  3. Es imposible no vivir a través de nuestras heridas, si las ignoramos estamos haciendo más daño que bien y no daño a otras personas, daño a nosotros mismos y ese es un daño que cuesta mucho tiempo sanar.

    No es sencillo aceptar que has sido herida, que eres vulnerable, que amaste y perdiste o que te equivocaste de valoración y todo se ha ido a la m…da, pero la vida está llena de momentos que tenemos que superar, el cómo lo vamos a hacer marcará la diferencia entre vivir una vida de aprendizaje o de lamentos y quejas.

    Creo que das unos pasos fabulosos para arrancar de nuevo, para volver a creer, en ti y en los otros, porque es cierto que cuando nos sentimos heridos tendemos a ponernos a la defensiva, es natural, muy normal, pero volver a salir y ser vulnerables es lo que nos ayudará al final a sanar, así que nos sigan dando hostias en el camino 😀

    1. Y que nosotros tengamos ojos para saber cuáles recibir y cuáles esquivar… Je. Tu comentario pone el paso que falta: nos seguirán llegando hostias, así que mejor no pensar mucho en ello y simplemente adaptarse a la situación para responder a ella cuando se produce.

      Gracias por tus palabras y tu presencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *