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Principios del Juego Fluido 9: Perseverancia y Constancia

Muy buenas a todo el público del blog. Hoy retomo esta serie y la acerco un poquito más al final de esta etapa. Se me ha sugerido recoger los Principios y los Estados en un libro de formato ebook para repartirlo entre la gente. Si alguna persona deseara ayudarme a montarlo, que contacte libremente conmigo. Por supuesto, no creo que cobre nada por el ebook y si lo hiciera; sería para fines del proyecto.

La magia del Juego Fluído está en este artículo 😉

Vayamos al tema que nos ocupa entonces. Enunciemos el principio, como en la introducción, citando la aparición en el primer escrito.

Pero contemos con un acompañamiento musical. Música clásica china.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Xcf39fSlS54]

Adelante con ello:

Principio 8º: La gota de agua que cae intermitente y constantemente sobre la roca más dura, acaba por hacer huella y hasta hueco.

Repetir, repetir, repetir una y otra vez las mismas técnicas, los mismos gestos, las mismas actitudes, sin importar nuestra debilidad o ineptitud actual. Aquel que sea capaz de perseverar como la gota, alcanzará el dominio de los principios y las técnicas de Aikido.

Su aplicación: Hablamos aquí de la importancia de practicar lo que se aprende, puesto que de nada sirve si no lo interiorizamos mediante la práctica. Practicar una y otra vez, perseverando a pesar de que no nos salga bien al principio, y corrigiendo nuestros errores o nuestras flaquezas, será como consigamos la mejora, y hagamos huella en la roca de nuestra vida. Si queremos dominar nuestra vida en este aspecto, debemos practicar.

Esto no es ni más ni menos que lo que digo en el blog, en una esquinita, esa advertencia que igual a muchos les pasa desapercibida. Os la remarco aquí:

Lo que de verdad te hará entender y sentir todo lo que veas aquí, será la práctica. Así pues, si no lo vas a practicar, directamente yo que tú me ahorraría la lectura. Por otro lado, si decides seguir adelante y practicar, no temas cometer errores. Aprende de ellos, equivócate a propósito.

Esto es simplemente porque a base de intentar, de volver a intentar, de repetir y volver a repetir, de equivocarte y volverte a equivocar es cuando vas viendo cuando algo sale como debe, o cuando no lo estás haciendo bien y debes corregirte.

Pero esto es, tal y como le decia al colega Willhich, como montar en bici. Todos sabemos montar en bici. Algunos sabemos ir sin manos. Otros saben hacer caballitos y andar solo sobre una de las ruedas. Otros saben hacer un montón de trucos y piruetas.

Ahora bien, si no te subes a la bicicleta… No puedes esperar saber hacer todo eso. En especial sobretodo, si no sabes llevar la bicicleta normalmente de principio.

Por eso todo es plantearse, de primeras, empezar a intentar las cosas. Porque si no las intentas no puedes esperar que venga la vírgen María y te alumbre. Y después de comenzar a intentar, es insistir sobre ello. Como cuando te caías de la bici pero querías aprender a llevarla y te volvías a subir. Y al final acababas con las rodillas peladas pero sabías montar en la bicicleta y llevarla.

Y en las artes marciales, es lo mismo. Al principio no sabes ejecutar bien la técnica, no sabes moverte y posicionarte adecuadamente, no sabes bloquear bien los golpes ni tirarlos bien. Pero conforme vas practicando, vas entrenando y sigues intentando las cosas, te van saliendo cada vez mejor, más dinámico, más instintivo, más reflejo y natural. De hecho para eso es para lo que entrenas.

Para que se convierta en algo que sale de ti, pero que sabes controlar.

Asi pues, queridas y queridos, este es mi mensaje de hoy. Se os ponen las actitudes a mano. Las técnicas dependen de vosotros, pues no todas sirven para todos, y para mi gusto son algo estático y poco funcional, pero hay a quien le sirven. Los gestos, y las palabras, a gusto de cada cual se dejan. Pues una frase mágica solo lo es en el momento adecuado, y no siempre sirve para todo. Pero estáis de suerte… Si recordáis.

Balleck menciona haber sabido utilizar adecuadamente frases que me ha visto decir a mí, por lo cual la práctica vuelve a ser la clave. Para aquellos que practiquen, claro.

Aquel que tenga oídos, que escuche.

Kheldar

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