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El precio de la honestidad y lo auténtico (2)

Continuando con el escrito de ayer, veremos los siguientes puntos de vista al respecto de las ideas más comunes que se pueden obtener preguntando a una persona promedio al respecto de lo que entiende por una «situación de cortejo».

Ayer hablamos de la importancia de decir y hacer las cosas tal cual las piensas y las sientes. Esto es la base de la honestidad y la autenticidad. Sin embargo, también dijimos que esto no es siempre agradable y bien recibido.

A su vez, también caímos en mencionar dos creencias usuales mal enfocadas: hemos de ganarnos a las otras personas, hemos de perseguir una conquista. No pienso que sea así, enteramente como está entendido por lo usual. Lo que pienso está dicho allí, en las creencias preferibles a las que aludí. Hablemos de otro par de estas creencias.

– Creencia usual 3: Si me pongo demasiado exigente, si pido exactamente lo que deseo tener y no me conformo con mucho menos de lo que quiero, no encontraré nada ni a nadie y me quedaré siempre solo y apartado, dejando pasar oportunidades.

– Creencia preferible 3: Conozco mi valor, sé lo que soy, lo que tengo y lo que puedo aportar. Sé lo que quiero, lo que busco y lo que me gustaría recibir. Sé la clase de persona con la que quiero compartir mi tiempo y no me asusta buscarla. No me conformo con mucho menos, pero tampoco me cierro en banda, pues nadie encaja exactamente en los moldes que creamos, y cuando alguien lo hace, somos nosotros encajando el molde en esa persona más bien.

¿Entiendes lo que quiero decir con esto? No se trata ni más ni menos que tener pelotas de, una vez más, autoafirmarte y buscar lo que deseas para lograrlo. Prácticamente todas las personas que conozcas van a encajar en tu molde de una manera y a salirse del mismo de otra manera. Eso es natural, y no hay más que hablar.

En lo que deberías pensar es en el hecho de ver qué clase de cosas encajan, qué clase de cosas se salen, y cómo te afecta esto a ti, directa e indirectamente por así decir. Si es dañino, perjudicial o negativo, y no hay auténticas posibilidades y opciones a que esa situación se enmiende, mejore o se resuelva… A cortar por lo sano.

 

– Creencia usual 4: Si digo las cosas como las pienso y las siento, puedo levantar ampollas, rozaduras, herir sensibilidades y poner de morros a personas susceptibles. Tengo que tener cuidado con las cosas que hago y digo, y con cómo las hago y digo.

– Creencia preferible 4: Si no digo las cosas como las pienso y las siento me estoy traicionando a mi mismo, y esto me genera un malestar. No estoy siendo el que soy, sino el que esperan y desean que sea. Estoy manteniendo una fachada por agradar, dejándome llevar por la cortesía para no arruinar fachadas ajenas o propias.

No es problema mío que una persona no pueda aceptar o tolerar que yo me comporte honestamente, siendo auténtico y con la verdad por delante. Yo no he sido quien le ha obligado a vivir así, y si no cambia esa situación es porque no quiere cambiarla, así que no me adueñaré ni dejaré que me carguen con problemas y malos rollos indeseables e innecesarios.

Creo que queda claro aquí por qué soy a veces tan bocazas y tan deslenguado, tan inoportuno. Es fácil conocer la forma de cambiar esto, lo que es difícil es llevarla a cabo. Decir las cosas de frente y sin preocuparte por las consecuencias. ¿Fácil?

Desde luego que no. Siempre andamos midiendo en corto nuestros pasos, para no pisar en falso y caernos con todo el equipo. Y esto nos limita y nos frena sobremanera. Sin embargo, si le echas cojones a hacerlo y solamente te preocupas de ti mismo y de los que quieres, no es tan complicado de lograr. Dejas de medir, incluso para ellos.

La cuestión es, que si desde un principio aquellos que se tornan amigos tuyos conocen que tu te guías por la medida de la honestidad, que eres auténtico y te muestras tal cual eres, tendrás una relación de amistad basada en el hecho de que ellos aceptan cómo eres y lo conocen y comparten.

Esto no hace sin embargo que en alguna ocasión no puedan llegar a sentirse como se sentiría cualquier otra persona si les sueltas una a bocajarro, pero sabiendo lo que saben, pueden manejar mejor la información que una persona que no sepa de esta condición.

Por cierto, este hecho también puede granjearte enemigos a rabiar, pero qué importa. Mientras ellos pierdan el tiempo tratando de levantar su valor del suelo, tú puedes estar feliz y satisfecho de la plenitud y satisfacción que has alcanzado. No hay mayores motivos para preocuparte y dejar de ser feliz por ellos.

Sin embargo, y como todo esto… Hay que tener un cierto cuidado para no herir gratuítamente a las personas que uno quiere. En la medida de lo posible.

Ahora bien, yo doy consejos… No son órdenes. Que cada cual haga lo que quiera.

Abrazos,

Kheldar

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3 comentarios

  1. Completamente de acuerdo!!!
    Me gusta mucho este tema lo he hablado y discutido tantas veces!
    Ser una persona sincera es una de las más grandes virtudes que existen,la sinceridad es fundamental en todas las relaciones,con la pareja, con la familia, etc . El problema es cuando no hay tacto para decir las cosas, ser sincero no significa ser rudo,dar voces,ni utilizar palabras malsonantes que he visto mucho de eso por ahí y es cuando pienso que equivocada está la gente al pensar que ser sincero significa decir las cosas de ese modo , se pasa de ser sincero a ser simplemente chabacano .

  2. Sinceramente creo q va también con la edad y con la mente, vas aprendiendo a medir tus palabras pero el mensaje no cambia. Yo todavía estoy en proceso pues tengo un problemilla similar con mi lengua deslenguada.
    Por otro lado uno de los mayores problemas de la sociedad actual es precsamente que no nos dejan tiempo para dedicarle a otras personas y estamos cada vez más robotizados en pensar solo en nosotros mismos y actuar en función de conseguir un puesto aceptado por la sociedad, abogados, medicos, ingenieros, arquitectos… un status social distinguido, que no tenemos tiempo de relaciones personales. Que fue del trato humano? ya no se mira la calidad de una persona, se mira q hace en su tiempo libre, su trabajo, y su apariencia(1ºcuerpo y 2º mente), y el amor hoy en dia parece un bien material, donde si no tienes coche, casa, perro, una bicicleta y un piso en la playa…. no eres nadie.
    Aquí viene la paradoja: si tienes todo esto, es más q probble que tu yo interno sea un mendigo.
    Me tomo la libertad de dar un pequeño consejo por aquí también, busca tu armonía entre lo que tienes, lo que quieres, lo que eres y lo que quieres ser.

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