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Ligones «pokémon», una curiosa fauna

Este paralelismo y la idea que me lo inspiraron me resultan harto graciosas. Estaba yo hablando con unas cuantas personas sobre la idea que mucha gente promueve acerca de que se puede tener a cualquier persona que quieras, y también sobre el manido llevarte a todos/as de calle. Debo decir que no sé por qué, asocié esa idea con el eslógan de Pokémon.

Es común observar (como una suerte de estrategia de mercadeo) que haya personas adornando sus obras y escritos con frases del tipo «los mejores consejos, trucos y técnicas para tener sexo con cualquier mujer»… Pues empezamos bien, oiga.

Luego la gente se queja y pregunta por qué no se cumple lo que les dicen… Es sencillo.

Cuando te dan una idea vaga aproximada como ésta, suelen hacerlo con palabras del tipo «cualquiera», o construcciones del tipo «a quien tú quieras», que alimentan tu imaginación haciendo que pienses que funcionaría con prácticamente todo el mundo y te basta con proponerte hacerlo, plantarte allí delante y jugarte el tipo.

Y esto se lo enseñan bastante bien a nuestros ligones pokémon. Pero no les enseñan lo que voy a contar a continuación. Tal vez no lo conocen, tal vez quieren que cada cual lo descubra por su cuenta, tal vez se lo guardan para sí mismos… Me da igual.

Si quieres dejar de ser un ligón pokémon más en una interminable lista, a continuación te dejo unas cuantas recomendaciones

Bueno, huelga decir que hoy para ligar hace falta, entre otras cosas, sacarse de la cabeza la idea de que puedes llevarte de calle a todo el mundo. Despúes de eso (hoy unisex, venga):

  • Seguridad en uno mismo y firmeza de carácter: Se explica solo la verdad… Si te arredras a la mínima y te contradices tú mism@ todo el rato, prácticamente te quedarás en la casilla de «una moscarda más». Y como no es eso lo que se pretende (al menos, imagino que no)… Procuremos también ser firmes pero flexibles, que tanto pica lo mucho como lo poco.
  • Sutileza, imaginación y sensualidad: Esto es muy importante si pretendes un propósito sexual. El ligar y el seducir se ha convertido en algo que tiene partes oficiales (a la vista de todos) y extraoficiales (invisibles hasta para el otro si me apuras). En este caso, las partes oficiales están en acercarte y conversar, incluso llegar a los besos… Pero las partes extraoficiales son la excitación, y la incitación. Para llegar a esas partes es para las que hace falta la sutileza y la imaginación, porque hay que recurrir en muchos casos a las insinuaciones… Y todos sabemos lo que pasa con unas insinuaciones que están demasiado fuera de tono y de lugar.
  • Buenas dotes comunicativas: Sobretodo a la hora de conversar, para saber apreciar los momentos en los que ES NECESARIO ESCUCHAR Y APRENDER de lo que se escucha, y los momentos en los cuales es mejor hablar. Particularmente encuentro el gusto en esto cuando las intervenciones que yo mismo hago, me llevan a conocer cada vez más detalles de lo que las otras personas me quieren contar. Es decir, yo no hablo por interrumpir las historias ajenas ni para colarles las mías, sino para animarles a contarme más. Y cuando me preguntan, respondo.
  • Ausencia de estrategias: Parecerá mentira y muchos dirán que llevar un plan previamente establecido te ayuda a no perderte ni perder de vista el horizonte de tus objetivos. Pero nos estamos olvidando de que las estrategias dependen de que todo salga como estaba planeado y de la anticipación. Con lo cual hay mucho márgen a que las cosas no salgan como esperabas y la anticipación te falle también… Y ahí es cuando llegan los apagones mentales, bloqueos y demás cosas.
  • Actitud y Presencia: Las palabras clave de todo esto, son lo que en sí cuenta para todo acto social. En el acto de ligar participa más que nada la actitud, una actitud positiva y divertida que se pueda notar y sea contagiosa… Y tienes que quererte mucho para mantener una actitud así. Tenerla, podemos todos… Pero MANTENERLA, es otra historia. Y a quién resulta atractiva, otra diferente. Todo esto se traduce en términos de presencia cuando tu actitud es palpable, se nota y se siente sin necesidad de aguzar las percepciones, y se propaga entre los tuyos.
  • Cojones (en sentido figurado): En efecto, hacen falta un buen par de cojones para plantarte contra ti mismo y decirte lo que quieres, cómo lo quieres y qué vas a hacer para conseguirlo… Y no sólo eso, sino DISPONERTE a conseguirlo y ACTUAR para lograr tus objetivos y metas. También hace falta cierta dosis de cojones para evitar recurrir a lo típico, excusarse, abandonar, ponerse trabas… O incluso negarnos algo que podemos llegar a creer inmerecido o por encima nuestro, que también ocurre bastante.

Y esto nos llevará a un escrito sobre las personas desconocidas y cómo manejar este espectro del desarrollo de nuestros círculos sociales. No he olvidado que os debo la continuación de esa serie, pero voy a continuarla en otro sentido.

Por ahora no hablaré de los círculos que nos restaba por mencionar, sino que englobaré directamente este tema de las personas no conocidas, y con ello conseguiremos lo mismo prácticamente, pero mejor explicado y más resumido. Hacedme saber vuestra opinión.

Tanto de ello, como del escrito de hoy. Recordad que se agradecen aportes y sugerencias, así como añadidos, puntualizaciones, y posteriores desarrollos del tema.

Abrazos,

Kheldar

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Un comentario

  1. Acabo de tener que echarle COJONES como dices tu para enviarle una carta por correo ordinario a una mujer que me ha dejado caer su direccion. En la vida habia hecho esto, todo por miedo no tengo ni idea de como va a terminar. Sobre todo es eso echarle narices a las cosas, sin pasarse claro y con discrecion.

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