Ahora te conozco mejor (1ª parte), por Essence

Muy buenas, hoy vamos a hacer un viaje con nuestro amigo Essence que será super interesante y útil al mismo tiempo si tienes algunas incognitas sin respuesta sobre el sexo opuesto. Veremos cómo se va desarrollando, ya que va por partes.

Veamos qué nos ofrece hoy sábado el compañero.

Hemos tardado casi 100 millones de años para crear una sociedad lo suficientemente sofisticada para poder enviar al hombre a la luna, pero aquel hombre, el hombre actual sigue teniendo las mismas necesidades que su antepasado más primitivo. En el fondo de nuestro subconsciente nuestras necesidades biológicas son las mismas. Entendamos pues como hemos llegado hasta aquí y como funcionamos.

El hombre se aventuraba cada día en un mundo hostil y peligroso y arriesgaba su vida cazando para tener comida a su mujer y a sus hijos, la descripción de su tarea era clara: buscar la comida y eso era lo que se esperaba de él. Por otro lado la mujer también se sentía valorada porque el hombre arriesgaba su vida por el cuidado de su familia, su éxito como hombre se medía por su capacidad para matar y traer presas a casa y se sentía valorado porque su familia apreciaba su esfuerzo.

El papel de la mujer también estaba muy bien delimitado, ser la portadora del bebé aseguraba la evolución de la especie y determinaba las capacidades que debía desarrollar para cumplir ese papel a la perfección, tenía que ser capaz de controlar los alrededores de la cueva, percibir cualquier señal de peligro, tener una excelente capacidad para orientarse en las distancias cortas, saber reconocer puntos de referencia para encontrar el camino de vuelta a la cueva y ser capaz de percibir el menor cambio en la conducta o en la apariencia de los niño o los adultos.

Ella pasaba el día ocupándose de los niños, recolectando frutas, verduras, frutos secos y comunicándose con otras mujeres del grupo. El hombre valoraba a la mujer por saber cuidar el hogar y criar a los niños, además el ser capaz de llevar a otro ser en el vientre se consideraba mágico e incluso sagrado, porque la mujer poseía el secreto de la vida.

La supervivencia era difícil pero las relaciones eran sencillas, el cazador ofrecía a la mujer parte de su presa a cambio de frutas y verduras, los dos apreciaban mutuamente sus esfuerzos. Estos rituales y conductas todavía existen en las últimas civilizaciones aborígenes. En estas culturas cada persona conoce y entiende bien sus roles y sus tareas.

Sin embargo los países desarrollados hemos sustituido estas normas por el caos, la confusión y la infelicidad. Para intentar revertir esto voy a exponer las diferencias genéticas que existen entre hombres y mujeres partiendo de los inicios de la humanidad.

Para una mujer resulta evidente cuando otra está preocupada o se siente herida, mientras que un hombre normalmente necesita evidencias físicas como lágrimas, un ataque de nervios o una bofetada en la cara para poder intuir que algo a mal. Esto se debe a que las mujeres, como la mayoría de las hembras de los mamíferos, están dotadas de unos aparatos sensoriales mucho más refinados que los hombres, en su papel de procreadoras y protectoras las hembras han de percibir los cambios de carácter y de actitud en los demás. Lo que se denomina “intuición femenina” es la aguda apreciación de los pequeños detalles y cambios en la conducta de los demás. Las hembras debían ser capaces de percibir cualquier indicio de dolor, hambre, herida, agresión o depresión en sus crías. Por esto podemos decir que la mujer es como un radar receptor constante y andante.

El cromosoma X suministra células detectoras de colores y las mujeres cuentan con dos cromosomas X por lo que poseen mucha mas variedad de células cónicas, encargadas de detectar el color de las cosas. También poseen una visión periférica más amplia debido a la tarea que debía realizar como protectora del hogar familiar, la estructura cerebral de la mujer le permitía un ángulo de visión clara de al menos 45º por cada lado y por encima y por debajo de la nariz.

Se puede afirmar que muchas mujeres disfrutan de una visión periférica de casi 180º. Los ojos del hombre en cambio suelen ser mas grandes y configurados por su cerebro para un tipo de visión túnel a larga distancia por lo que puede visualizar precisa y claramente todo cuanto está en frente cual par de binóculos.

Sin duda la vida de una mujer será menos estresante cuando entienda los problemas que los hombres tienen para ver las cosas de cerca. Por esto que casi nunca encontramos nada en la nevera o en el armario, las mujeres al estar dotadas de mayor visión periférica casi nunca se las pilla mirando directamente el culo de un hombre o admirando su cuerpo mientras que casi todos los hombres hemos pecado alguna vez o nos han delatado al comernos con los ojos al sexo opuesto… [Continúa en parte 2]

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3 comentarios

  1. Quería preguntarle al autor del artículo si podría recomendarme algún libro sobre el tema que ocupa aquí. Gracias de antemano.

  2. Luigi, si te intriga el tema más q un libro en concreto hay documentales de video sobre estudios genéticos, q te muestran multitud de diferencias de aptitudes, hay muchos libros sobre este tema pero su información es mas científica y concentrada en algo particular como habilidades espaciales, habilidades para el lenguaje, conexiones cerebrales…. hay páginas en la red igual q archivos en pdf que son mas escuetos y resumen varias cuestiones en un archivo, si aun así prefieres libros, Eduardo Punset es un autor muy completo actualmente. Un saludo.

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