Vivid vuestra vida, no vuestra mentira

Lo has visto, no hay nada, de lo que tanto odi...
(Photo credit: Wikipedia)

Comenzaré esta entrada como comienzan los monologuistas gran parte de sus actuaciones. ¿Nunca os ha pasado que, en algún momento de vuestras vidas, habéis llegado a una circunstancia indeseada de la que no sabéis salir, ni mucho menos cómo habéis acabado ahí?

¿Nunca habéis tenido que ceder y abandonar vuestra vida por atender a la de otra persona, o bien, por formar una vida en común? ¿Os sentís incapaces de abandonar lo que sentís que es mentira y sencillamente vivir vuestra vida?

En mi humilde opinión, y con una disculpa previa por entrometerme en vuestras vidas… Es lo que todos deberíamos hacer. Despojarnos de esos fragmentos de falsedad, impuestos y asumidos.

De alguna manera siento (y puede que me equivoque) que todos caemos en las garras de una vida de mentira, al tropezar con ciertas piedras que podríamos evitar…

Son piedras metafóricas, un símbolo para las malas decisiones.

Son fáciles de evitar… Siendo radicalmente honestos. Entremos en detalles.

¿Qué es lo que considero una mala decisión?

  • Todo aquello que nos aleja de vivir y expresar nuestra identidad.

Directamente y sin tapujos: no creo que hayamos venido al mundo para ir sobre un mismo carril durante toda nuestra vida, de la cuna a la tumba… Y menos por un carril cuyo trazado no hemos escogido nosotros mismos; sino que nos ha sido impuesto.

No os arriesguéis -os pido- a descubrir un día que jamás habéis hecho lo que realmente deseáis hacer. Se trata de expresar en vuestra vida, con vuestras acciones, un propósito y un proyecto que os conduzca por la senda que anheláis. De tomaros la libertad de afirmaros en el mundo.

El truco está chupado… Si queréis estudiar algo concreto, aprender sobre algo en concreto, experimentar alguna cosa en concreto… Haced que vuestros pasos se dirijan a esos concretos: todos podemos rodearnos de personas que nos enseñen y nos ayuden a llegar allí; además de acompañarnos en el proceso.

El segundo problema, puede darse con estos compañeros…

  • Las relaciones no balanceadas.

Para entender a lo que me refiero con «relaciones no balanceadas», tenemos que pensar en relaciones donde las partes no toman la responsabilidad de sus sentimientos. Lo normal es que traspasen la responsabilidad al otro y se sientan víctimas de las acciones y decisiones ajenas. Como sería natural entender, esta clase de relaciones son violentas y muy tensas.

Es muy probable también que los involucrados se culpen mutuamente (el uno al otro) por no saber atender a las propias necesidades de cada uno; unas necesidades que deberían solucionar ellos mismos, y que sin embargo dejan desatendidas voluntariamente.

Ahora bien, también hay una forma de solucionar esto…

Se trata de identificar y definir el sistema bajo el que operan nuestras relaciones (sean del tipo que sean, se les puede aplicar el mismo conjunto de sistemas); y trabajar entonces por equilibrar a los participantes y crear lazos entre ellos.

Las relaciones, de acuerdo a la dra. Margaret Paul, se rigen por cuatro sistemas diferentes:

  • Aceptar Cargas: una de las partes demanda constantemente, mientras que la otra cede continuamente a las demandas que recibe.
  • Aceptar/Resistir Cargas: una de las partes añade cargas, a las que la otra responde intentando satisfacer las necesidades y carencias por el autoabandono de la primera; o bien se desentiende de las mismas cuando ve que la parte demandante nunca tiene suficiente.
  • Doble Carga: una relación donde ambas partes demandan activamente la satisfacción de sus necesidades abandonadas, y además, también cargan la culpa de no saber atenderlas al otro.
  • Doble Resistencia: una relación donde ambas partes no quieren dejarse controlar, y por ello están inactivos (apenas se involucran) la mayor parte del tiempo, para prevenirse de que los arrastren.

El balance en una relación nace de dos fuentes distintas:

  1. Atender las propias necesidades en vez de cargárselas al otro.
  2. Ser siempre honestos con lo que llevamos dentro y lo que somos.

Mi consejo… No os atéis a voluntades externas: si no quieres estar en pareja o tener un hijo, no tienes por qué. Si lo único que te interesa es tener sexo, también es correcto mientras no dañes a nadie para conseguir realizar tu propósito. No os molestéis en fingir, ocultar o maquillar la verdad, ni tampoco en mentir. Todo ello tiene fecha de caducidad, y desgasta las relaciones de maneras a menudo irreparables.

No son pocas las parejas que rompen al descubrir que están viviendo una mentira, porque están con una persona completamente opuesta a quien ellos pensaban que era; o porque están sometidos a los deseos de la otra parte… Deseos que cumplen, aunque estén en contra de los suyos propios, por no arruinar la relación (como dirían en muchos casos).

Si no quieres pasar por algo en la vida que compartes con alguien… Basta con decirlo.

Ello no significa que haya necesidad de ser hirientes a voluntad, así que cuidemos en lo posible de no ir destruyendo todo lo que tocamos, ni haciendo pedazos las vidas por las que pasamos… Y digo «en lo posible», pues siempre cabe que alguien se duela de lo que haces y dices sin intención de dañar; en cuyo caso, siempre -o casi- tienes opción a suavizar el impacto y calmar el ambiente. Si bien, tampoco hay que tener miedo de cerrar caminos, destruir y desaprender; para abrir nuevas sendas, construir y aprender de nuevo…

Y hacerlo mejor que antes.

Además, hemos de recordar que en una relación siempre hay una suma de tres:

  • Tu parte – que debemos respetar, cumplir y tratar de hacer comprensible.
  • La suya – que debemos respetar, dejar cumplir y tratar de comprender.
  • El conjunto – un tercer ser que nace de ambos, «la relación» hecha ser vivo.

Lo normal es que la otra persona involucrada en la relación sea capaz de entender tu postura y tus sentimientos, y que esté deseosa de que vuestra relación funcione. Para ello, lo que suelen pedir -y dar a su vez- es confianza, sinceridad y comunicación.

¿En qué se traduce esto?

Si tienes cualquier problema con la relación o con el camino que sigue, o incluso conmigo, quiero que me lo digas. Si tienes algún deseo insatisfecho o sientes algo en concreto que pueda poner en peligro la continuidad de nuestra relación; quiero saberlo… Pues prefiero que intentemos buscar la solución juntos, antes de que decidas unilateralmente terminar con todo; o bien buscar la solución fuera, antes que en nosotros.

Lo que os acabo de decir no es un medio infalible ni es la situación tipo que se da habitualmente… Pero sin embargo, no es imposible. Es una relación que, aunque parezca ideal, es la que se produce cuando ambas partes deciden confiar sin reservas, establecer propósitos y proyectos en común, y no abandonar los que tengan individualmente.

¿Toma todo el mundo esa decisión?

Aunque no conozco a todos, me atrevo a decir que no…

Y también me atrevería a plantear mis reflexiones al respecto del por qué. No todo el mundo tiene claro realmente lo que desea, y aunque lo tenga, no tienen claro si les beneficia realmente… O bien les falta la autoestima necesaria para darse cuenta de que lo merecen, o las habilidades y recursos para avanzar en esa dirección.

Si bien, el mayor problema que encuentro es que hay quien no busca apoyo social. Hay quien no deja que sus amigos, familia y pareja sepan lo que quiere conseguir y le ayuden a ello; y busca ese apoyo en comunidades de desconocidos.

Por ello, lo usual es que reciba consejos que no casan con su persona adecuadamente; ya que en la mayoría de esas comunidades rara vez se molestan en conocer a sus participantes, y se limitan a dar consejos a granel, al bulto.

Si evitamos eso, y sin embargo nos hacemos responsables de nuestras emociones, deseos y acciones… Podremos vivir una vida totalmente acorde a nuestra identidad; sin llegar a sentir que estemos viviendo una mentira o algo vacío.

¿Quiere esto decir que todos somos capaces de vivir la vida tal como deseamos, y que basta con tomar una decisión y ponerla en práctica?

Sí, con un pero. Un pequeñísimo e insignificante pero.

Ponte dos Mouros ou de Paradela, Brión – Teo (Photo credit: Wikipedia)

Somos capaces de vivir así, pero no nos atrevemos a expresar nuestra voluntad de hacerlo. Es más, aún en casos de personas que se atreven a expresarlo; vemos que no se atreven a poner sus palabras en acción… Y toda la voluntad se queda en el deseo, sin pasar a ser real.

A lo largo de mis años de participación en distintos sitios de internet y del trabajo en el Proyecto LVEF; he dedicado incontables horas, charlas, escritos, ejercicios y recursos ÚNICAMENTE al paso de la voluntad al acto.

Estas son mis conclusiones:

  • Si no hay malestar, no hay problema. Si no hay problema, no hay cambio posible.
  • De entre todo lo que deseamos, hemos de escoger lo razonablemente posible.
  • Es necesario que estemos centrados en los procesos, y no en los resultados.
  • Los objetivos que nos marquemos deben ser concretos y motivadores. Además de eso, deben ser objetivos propios y comprometedores.

No puedo evitar añadir unas puntualizaciones, que sirven para solucionar la ausencia de un propósito genuino. Espero que os sean de gran utilidad.

  • No actúes simplemente porque sí. Busca el cambio porque crees en ese cambio.
  • Tómate el tiempo necesario para afinar tus habilidades.
  • Haz lo que sea importante. No es lo mismo movimiento que avance.
  • Habla claro contigo mismo y con los demás.
  • Acepta la ansiedad y no intentes evitarla. Así podrás manejarla mejor.
  • Abandona el temor y la desconfianza hacia los demás y hacia uno mismo.

Habiendo dicho esto… Puedo cerrar ya el escrito. Con todo el ánimo de que esta reflexión os lleve a mejores puertos en vuestras relaciones; esta es mi aportación de hoy.

Me despido con una última pregunta: ¿qué más puedo hacer para ayudaros?


Si quieres mantenerte al tanto de mis avances, haz click en “Me Gusta” en la página de Facebook (tienes un acceso rápido en el lado derecho del blog). Así podrás:

  • Recibir actualizaciones sobre el libro, mi blog y otros contenidos.
  • Participar en concursos y otros eventos que organice.
  • Compartir tus intereses y crear relaciones con gente afín.

Para aumentar la calidad de tu Experiencia LVEF, puedes también:

  • Leer las entradas del blog para conocer y practicar la Alquimia Interior.
  • Invitar a tus amigos a esta plataforma para acompañarte en tu transformación.
  • Participar con tu opinión y sugerencias. ¿Cómo podemos ayudarte mejor?

Por favor, si te ha gustado esta entrada, considera:

  • Puntuarla – Para que pueda conocer cuánto te ha gustado.
  • Comentarla – Para que con tu opinión sigamos creando inteligencia colectiva.
  • Compartirla – Para que otras personas puedan beneficiarse y disfrutarla.
  • Recomendarnos – Para seguir creciendo y avanzando junto a ti y los tuyos.

Muchísimas gracias por tu atención, compañía y colaboración.

Un abrazo, y vuelve cuando quieras.

Kheldar

Publicaciones Similares

2 comentarios

  1. Muy interesante el articulo sin duda Kheldar Arainai, parece mentira que algunas personas sigan con la vida que tienes tirando por la borda sus sueños y sentimientos reales, todo por la comodidad y el confort que le produce mantenerse en el engaño de no sentirse sol@. Yo animo a esas personas a que sigan su camino que tomen la decisión acertada y sobretodo escuchen lo que les dice su yo interior, que es el que nos mejor nos aconseja y no dejarnos llevar por esos sentimientos que nos nublan la mente .

  2. Tres cosas: Budismo, Naruto y Alquimia. ¿Soy cínico, escéptico, crítico(n) y chocante? Perfecto. Porque creo en los sueños y en su consecución. ¿Imposibles? «Lo único imposible es aquello que no se intenta», reza un adagio chino. Guiarte por lo razonablemente posible parece a simple vista como un límite; nada de eso. Algunas veces, lo imposible debe hacerse varias veces hasta hacerlo posible. Y el punto más importante aquí: hacer lo que tú quieras sin causar dolor al prójimo. El mejor artículo del blog. Demuestra en cada palabra, su filosofía y esencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *