Y efectivamente… La vida fluye.

De un tiempo a esta parte, cada vez más de mis escritos tienen menos que ver con mi pensamiento y se basan mucho más en mis experiencias… En vez del cuidado balance que llevaba en su momento, para que fuera más todoterreno.

...he conservado intacto tu paisaje pero no sé...
(Photo credit: Luz Adriana Villa A.)

Hoy le andaba dando vueltas a una idea que recibí en su día… Nietzsche decía que con un buen por qué se pueden soportar todos los cómos. En su momento, esta frase sirvió de combustible y motor para todas mis metas de superación personal. Y más adelante se transformó, gracias al programa Ars Amorata, en un enunciado precioso.

Mientras tengas claro el qué, los cómos llegan solos.

Esa es una máxima de la fluidez y la simplicidad muy eficiente: la mayor calidad y profundidad en la menor cantidad de palabras (que yo haya visto).

Y siguiendo esa máxima, tanto como la cita a nuestro amigo el filósofo, fui capaz de hacer lo que debía y quería hacer… A pesar de que hasta entonces lo estuve evitando. Me puse las pilas y recurrí a todos los medios a mi alcance: fortalecí mi carácter, amplié perspectivas, abrí mi mente y mi actitud; y de paso me he colado en la universidad.

Allí, acabo de empezar un grado en pedagogía, con personas que nunca antes había visto en mi vida… Pero que tienen vidas que, en algunos sentidos, asemejan la mía.

¿La curiosidad? Que a todos nosotros el flujo de las circunstancias -y nuestra propia iniciativa, claro- nos ha llevado hasta ese punto. A encontrarnos en ese momento y ese lugar, para comenzar un camino que (mira tú por dónde) nos disponemos a recorrer juntos… Cada uno a su manera, por supuesto. Pero también con ayuda de todos.

Y somos exactamente lo que deberíamos ser para conectar, para compartir, para tener un ambiente que difícilmente podría ser mejor en el aula y en los descansos… Para todo.

Somos sencillamente nosotros mismos, en todas nuestras facetas.

Eso es algo que podría descubrir cualquiera que pase un rato con nosotros… Ninguno se ha molestado en tratar de convencer al resto de que es algo que no es. Ninguno ha intentado llevar la voz cantante ni destacar, y todos hemos tenido ya nuestro primer momento de gloria. Hemos compartido risas y cervezas, historias en torno a la mesa y horas de clase (por supuesto).

¿Lo mejor para mí? Todos somos espontáneos, damos y recibimos confianza y nos tratamos con familiaridad y con cariño. Supongo que a estas alturas todos sabemos que el apoyo que nos brindaremos será una piedra angular de los próximos años…

Ya que todos tenemos claro nuestro qué -sacarnos la carrera- nos ha llegado sólo el cómo: entre amigos y siempre con una sonrisa.

A lo mejor es demasiado pronto para decir esto, y estoy seguro de que a más de una persona se lo parecerá… Pero la misma intuición que seguí para tomar esa carrera y hacerlo en esa facultad precisamente, es la que estoy siguiendo ahora para escribir.

Esto era todo lo que quería decir este viernes…

A buen entendedor, con estas palabras le basta.


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Un abrazo, y vuelve cuando quieras.

Kheldar

 

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